lunes, 19 de noviembre de 2012

Cuando la “integración latinoamericana” se choca con la desinformación

*Por Ramiro García Valentinuz (actualizado el 22 de noviembre de 2012)

El extraordinario escritor uruguayo Eduardo Galeano lanzó hace 14 años en uno de sus libros una consigna que pone a reflexionar a cualquier persona que se interese por los medios de comunicación: “Ya no es necesario que los fines justifiquen los medios. Ahora, los medios, los medios masivos de comunicación, justifican los fines de un sistema de poder que impone sus valores en escala plantearía”. Envidiable poder de síntesis mediante, este pasaje del libro Patas arriba. La escuela del mundo al revés debería ponernos a repensar seriamente nuestro accionar a quienes creemos que el oficio del periodismo debe ponerse en marcha para corroer, más o menos rápidamente, los alambrados, cercos y muros de desinformación que protegen esos “fines del sistema”. La falta de conocimiento sobre lo que ocurre a nuestro alrededor -más o menos cerca de donde vivimos- se convierte en un arma poderosísima para los poderosos, un tapón en los oídos y un virus de afonía que daña profundamente y deteriora progresivamente la comunicación entre los pueblos. Y la falta de comunicación limita el margen de acción, tornando más débil la capacidad de transformación. Esta situación provoca, por ejemplo, que los pueblos de países como Bolivia y Argentina, hermanos por su geografía y por su historia, se encuentren incomunicados acerca de sus respectivas realidades.

Un relevo de la información sobre Bolivia disponible en tres medios argentinos aportó elementos al análisis de esta situación. Ingrata sorpresa significó encontrar que en siete días seguidos, durante la semana acaecida entre los días 28 de octubre y 4 de noviembre últimos, las notas acerca de Bolivia que fueron publicadas suman sólo siete entre los tres medios juntos (ediciones digitales de diarios Clarín y UNO de Entre Ríos y agencia oficial de noticias Télam). Y esto considerando que dos de estos medios son los que ofrecen mayor cantidad de noticias acerca de Bolivia en nuestro país. En nuestra pesquisa hemos encontrado además que en la mayoría de los grandes medios argentinos la realidad y actualidad bolivianas son permanentemente pasadas por alto. Sólo se encuentran notas publicadas muy esporádicamente, cuando ocurre algún suceso muy notorio de trascendencia internacional, o cuando su publicación sirve a los objetivos políticos del grupo mediático que lo hace o de algún sector político cercano a dicho grupo. Un ejemplo de esto lo constituye la noticia sobre el atentado ígneo contra un locutor en la localidad boliviana sureña de Yacuíba. El ataque lo sufrió un periodista que solía denunciar activamente la corrupción y los dudosos negociados que involucran mafias y narcotráfico en esa región. El hecho fue tomado en cuenta por gran cantidad de medios argentinos, pero algunos focalizaron la falta de libertad de prensa y la corrupción reinante en Bolivia y otros remarcaron la actitud del gobierno de investigar inmediatamente el atentado. Es conocido el revuelo que viene causando la temática de la libertad de prensa y de expresión entre los medios de nuestro país durante los últimos años, y no casualmente una vez que el lamentable hecho acaecido en Bolivia proporcionó materia prima por varios días, se diluyó su presencia en la agenda mediática argentina.

La escasez de información sobre la vecina nación es preocupante en términos de calidad periodística por parte de los medios, pero principalmente en cuanto a la significación política que acarrea. Bolivia y Argentina son países con características económicas, políticas y sociales muy similares, a lo que se suma un enorme intercambio migratorio constante entre los dos países, principalmente desde Bolivia hacia grandes urbes argentinas, donde la necesidad de recibir información sobre su país de origen se torna primordial para la parte boliviana de la población. Esto debería hacer eco en la atención que los medios argentinos prestan a nuestro vecino cordillerano. No obstante, la situación en este terreno dista por mucho de indicar una “integración regional”. Por otra parte, la información publicada es muchas veces tendenciosa, y se evidencia en algunos grandes medios argentinos el recelo que sienten hacia la figura del presidente Evo Morales.

Pero esta tendecialización resulta preocupante en el caso de los medios bolivianos. Entrevistando al licenciado en Comunicación Social y docente de esa carrera en la Universidad Nacional de Entre Ríos, Alejandro Ramírez, encontramos en su opinión la alarma que provocan estas líneas editoriales, no sólo hablando del caso de Bolivia sino extendido como una característica de la comunicación en todo el continente. Piensa Ramírez que “en el caso de América Latina hay, o bien una ausencia, o bien existe presencia de información para marcar similitudes ideológicas, como se nota en procesos que les convienen a estos grupos dominantes, o para estigmatizar procesos populares que terminan impulsando gobiernos que no son afines a su ideología. Me parece que eso se ha visto en Venezuela, en Argentina, en Paraguay, con Evo Morales, por supuesto. Con Evo, barbaridades que exceden incluso lo ideológico, estigmatizaciones llevadas a su extremo de odio racial y xenófobo puestas en los medios de comunicación y con gravísimo peligro institucional. Hay una falta de respeto al sistema democrático, a la participación democrática y al disenso, que es reclamado precisamente desde ese mismo lugar cuando aquél que gana no es afín a sus comulgos ideológicos. Es democracia sólo cuando gana alguien afín”. (escuchar entrevista)

Esta realidad puede entenderse pensando las disputas de poder que atraviesan la comunicación y la importancia política que implican los medios, pero el problema no termina en la tendecialización, sino que continúa con la negación por parte de los medios de su activa participación política. Nos parece interesante y sintética la reflexión que al respecto hace Mariana Moyano en el programa “En el medio” de canal Encuentro. En el capítulo “Medios de comunicación”, la licenciada en Comunicación Social y columnista de medios del noticiero Visión 7 sostiene: “(Cuando) aparece la empresa o el grupo mediático desaparece esta idea de ´nosotros como medios de comunicación tenemos una idea y tenemos intención de llevar esa idea a la política´ y se cuela demasiado la idea de la objetividad, de la neutralidad, casi como una especie de definición dada por los medios de comunicación que no se puede poner en debate. Ese recorrido lo que hace es ocultar algo que un principio estaba transparentado, que era el rol de los medios con una intencionalidad de propagar ideas políticas. Hoy pareciera que si uno dice que los medios hacen política está casi, poco menos, que faltándoles el respeto”. La similitud de este análisis con la actitud de los grandes medios argentinos amerita la reflexión y el debate.

Creemos que falta mucho para lograr una integración regional en términos de comunicación social equivalente a la que se promueve y propagandiza a nivel político-gubernamental. Sabemos que es una ardua tarea y un largo proceso, ya que implica avanzar un buen trecho por el camino hacia una verdadera democratización de la comunicación. Podemos, no obstante, hacer lo posible por lograrlo, y los primeros en intentarlo deberíamos ser quienes estamos involucrados en el terreno. Por el momento podemos, al menos, reclamar nuestro derecho a ser informados y a participar en el proceso comunicacional, tomando conciencia de la unidad que debemos lograr como argentinos con nuestros hermanos, en el caso de esta nota, bolivianos.



Fuentes:
- Diarios Clarín, La Nación, Tiempo Argentino, Página 12 y UNO de Entre Ríos.
- Agencia oficial de noticias Télam.
- GALEANO, Eduardo (1998) "Patas arriba. La escuela del mundo al revés" Editorial Siglo XXI
- Programa "En el medio", Canal Encuentro. Capítulo "Medios de comunicación"
- Entrevista a Alejandro Ramírez, docente y licenciado de la carrera de Comunicación Social d ela Facultad de Ciencias de la Educación - Universidad Nacional de Entre Ríos

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