sábado, 6 de octubre de 2012

Los medios en Bolivia; un reflejo de la situación mundial

* Lautaro Alarcón (actualizada el 2-11-2012)

Imaginemos que, estando en La Paz, nos detenemos a leer un periódico o realizamos un paneo por las principales radios y canales de televisión. En cualquiera de estos casos, podríamos comprobar lo que hace no mucho tiempo me dijo Ignacio Ramonet en una conversación que mantuvimos en El Alto, el aeropuerto de La Paz. Recuerdo mi sorpresa al ver al Director de la edición española de Le Monde Diplomatique sentado en solitario en uno de los  bares de aquella estación. Inmediatamente me acerqué para aprovechar la oportunidad de charlar con el prestigioso autor y periodista, cuyo vuelo se había retrasado. Amistosamente me invitó a sentarme con él, y comenzamos un ameno intercambio de palabras que me dejó varias frases sobre las que todavía no puedo dejar de pensar. Una de ellas fue su afirmación de que “desde hace algunos años, la prensa ha asumido en muchos países la función militante, ya sea en la oposición como en el poder”.
 
Me resultó muy interesante su visión porque además, aunque no lo dijo, la situación que relató como algo general bien podría verse en las páginas de Cambio, el periódico oficial, o de El Diario, uno de los más críticos al Presidente Evo Morales, por citar dos ejemplos antagónicos. Lo mismo ocurriría en las diferencias de relatos entre la Cadena Fides y Bolivia TV. Pero Ramonet continuó un poco más.
En los países donde se estima que los gobiernos llevan a cabo una política responsable con respecto a las aspiraciones populares, los medios dominantes, asumen un rol de oposición plena”. Lo dijo convencido, con la seguridad de quien tiene como respaldo la experiencia de haber caminado el mundo en su vida personal y laboral.
Una vez más, Bolivia podría ser uno de esos países. Porque hace unos años el pueblo allí votó un cambio. Si fue positivo o negativo, puede debatirse; pero hubo un cambio cultural, en un país históricamente caracterizado por las diferencias sociales y raciales. Al mismo tiempo, la propiedad de medios se ha ido concentrando cada vez más desde mediados de los '80,  y los grandes grupos, defendiendo sus intereses escudados en la libertad de prensa (muchas veces utilizada para encubrir la libertad de empresa, como dijo Ramonet), han generado varios conflictos dialécticos con el Gobierno, con frecuentes denuncias cruzadas de ambas partes.
 
 
Ignacio, preocupado, notaba una situación similar a ésta en muchos lugares del mundo, y apuntó a un culpable. “La globalización es la que ha hecho que los actores principales sean los grupos económicos dominantes, aquellos que se han considerado históricamente propietarios de los países. Muchos de los grandes medios de comunicación no casualmente pertenecían a ellos, dueños también del aparato ideológico”; y como tales, opositores a los cambios a cualquier precio. Pensé entonces, como ejemplo, el hecho de que fueron esos grupos los que en más de una oportunidad han desprestigiado al Presidente por su caracter de aborigen; o los que en 2010 se molestaron con la Ley Antirracista y la intención de Evo Morales de castigar a los medios que publiquen lo que considerara como ideas discriminatorias. Me hubiera gustado conocer su opinión específica sobre los medios en el país, pero Ramonet no quiso hacer consideración directa sobre casos particulares. Simplemente dejó aquellas ideas generales; lo demás habrá que pensarlo a partir de allí, porque luego el llamado a su vuelo llegó.

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